Las instancias psíquicas de Freud
- sociologiaarg
- 19 nov 2020
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Llamamos ello a la más antigua de las instancias psíquicas: su contenido es todo lo heredado, lo que se trae con el nacimiento, y consiste en satisfacer las necesidades congénitas del individuo. Lo inconsciente es la cualidad que gobierna de manera exclusiva en el interior del ello. Ello e inconsciente se copertenecen de manera íntima. La segunda instancia psíquica es el yo.
El yo se ha desarrollado por el continuo influjo del mundo exterior sobre el ello, convirtiéndose en mediador entre ambos. Durante ese largo desarrollo, ciertos contenidos del ello se mudaron al estado preconsciente y así fueron recogidos en el yo. Otros permanecieron inmutados dentro del ello como su núcleo, de difícil acceso. A este último sector del ello lo llamamos, por miramiento a su génesis, lo reprimido.
El yo tiene la tarea de la autoconservación, y la cumple tomando hacia afuera noticia de los estímulos, almacenando experiencias sobre ellos, y aprendiendo a alterar el mundo exterior de una manera acorde a fines para su ventaja; es decir, acorde a las pulsiones del ello. En su actividad es guiado por las noticias de las tensiones de estímulo presentes o registradas dentro de él: una elevación del yo es sentida en general como un displacer, y su rebajamiento, como placer. El yo aspira al placer, quiere evitar el displacer. Como precipitado del largo periodo de infancia durante el cual el ser humano vive en dependencia de sus padres, se forma dentro del yo una particular instancia: el superyó. Está compuesta por valores, suposiciones de lo que se considera bueno y malo, tabúes, prejuicios y costumbres adquiridas. Es un tercer poder que el yo se ve obligado a tomar en cuenta. Una acción del yo es “correcta” cuando cumple al mismo tiempo con las pulsiones del ello, la aprobación del superyó y de la realidad objetiva, es decir, cuando sabe reconciliar entre sí sus exigencias. Otro concepto importante es la significación del mundo social, refiriéndose a que el mundo no tiene un carácter social sino que el sentido es otorgado subjetivamente. Según la experiencia e intereses propios el sujeto construye su propia realidad.
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