El aborto en números
- Agus Lopez
- 25 mar 2021
- 4 Min. de lectura
Al haber sido una práctica que, hasta ahora, se producía en los cuartos oscuros de la clandestinidad, las estadísticas del aborto se sostienen sobre las bases de la suposición. Las cifras fueron utilizadas tanto por el lado verde, como por el celeste para fundamentar sus posturas. Sin embargo, es importante saber de dónde vienen estos números y entender cómo se comportan.
Es relevante tener en cuenta que, al ser una práctica que hasta 2020 tomaba lugar en la clandestinidad, no hay cifras excluyentes. Así lo señalaron varios entes e investigadorxs en diálogo con Chequeado. Unx de estxs investigadorxs, Silvia Mario, sostuvo que, en la Argentina, “nunca hubo forma de medir la cantidad de abortos inducidos”.
Las cifras más recientes revelan que en 2018 fueron 35 las personas gestantes fallecidas como resultado de abortos. Según Chequeado, desde 2015 el número de abortos practicados en la Argentina viene en descenso reduciéndose un 18,5% para 2018. El mismo portal señala que, en 2016, fueron 39 mil las internaciones a causa de un aborto. El 16% de estas personas no alcanzaban los 20 años de edad. Un 26% no llegaba a los 25.
Silvia Mario fue una de las encargadas de elaborar en 2005 un informe desarrollado por la ONG Amnistía Internacional y pedido por el Ministerio de Salud de la Nación que reveló números que estuvieron en boca de muchxs.
La estimación se basó en el número de internaciones por complicaciones derivadas de un aborto. También hicieron entrevistas para determinar qué cantidad de abortos se practican y luego cuántos de ellos arrojan a las personas gestantes a hospitales públicos que acaban siendo la única fuente de estadísticas oficiales. Concluyeron que por cada aborto que termina en el hospital, hubo otros 6,8. En el 2000 fueron 65.735 los casos que llegaron a un centro de salud. Este número multiplicado por 6,8 dio por resultado 447 mil abortos por años.
Otro de los métodos usados fue el “residual”. Este se basó en el resultado que dio el tratamiento de la información de las costumbres sexuales, el uso de anticonceptivos, el tiempo de infertilidad antes y después del embarazo comparado con los bebés que efectivamente nacen. A partir de este método, se practicarían, solo en la Argentina, entre 486 mil y 522 mil abortos por año.
El costo de la interrupción voluntaria del embarazo fue uno de los puntos discutidos. Existen estudios que aseguran que el costo es muy alto. Pero estos sondeos se basaron en los precios de la clandestinidad o en los de países extranjero por lo que no aplicaría adecuadamente a la
Argentina. En nuestro país, en 2013, hubo 49.000 internaciones por complicaciones derivadas de un aborto. En los países donde es legal, las dificultades a raíz de este suelen disminuir debido al asesoramiento profesional y la accesibilidad a la práctica. Consecuentemente, el número de internaciones también decrece evitándole así al Estado el costo de estas.
El Misoprostol, el método utilizado para abortar, evita las lesiones que producen otro tipo de abortos, es fácil de ingerir y, dependiendo de la fase de gestación, su eficacia varía entre el 70 y 90%. Su uso es tan sencillo que no hace falta ir a un hospital, aunque sí se recomienda ser asistidx por unx profesional a través de una llamada telefónica. En la Argentina, la caja de 16 comprimidos cuesta $10.000, un precio muy alto si el Estado debe solventar todos los abortos practicados. Sin embargo, Santa Fe propuso producir el Misoprostol en laboratorios del Estado que reduciría a una cuarta parte su costo.
En cuanto al aumento de abortos en otros países, una vez estos despenalizados, hay explicaciones que respaldan este fenómeno. Algunos de los países observaron un aumento en el número de casos tras la legalización. Sin embargo, ese acrecentamiento puede entenderse como esos abortos que se practicaban en la ilegalidad y ahora pasan a ser datos oficiales. “La despenalización no aumenta la tasa de abortos, como se suele suponer -revela un informe de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO)-. En algunos países hay un aumento inicial después de la despenalización, pero es imposible determinar si es un aumento real o el resultado de un subregistro cuando el aborto es criminal, y un mayor registro después de que el aborto se legaliza y no hay razón legal para esconderse”. (Fuente: Chequeado).
Entre 2001 y 2005 los abortos fueron los responsables del 37% de las muertes maternas en Uruguay. Para 2015, tres años después de la despenalización del aborto en el país vecino, ese número cayó a un 8%. Francia e Italia observaron un leve ascenso entre los 2 y 3 primeros años del aborto legal. Luego el número comenzó a descender. En Portugal las cifras descendieron un año después de la despenalización en 2007. España, en donde el aborto es totalmente legal desde 2010, se registraron 95 mil abortos en 2018: 18 mil abortos menos que los que se contaban el año de la despenalización. Ciudad de México tuvo un aumento en los primeros años y luego los números decrecieron.
Vale aclarar, que la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) debe venir acompañada por la Educación Sexual Integral, conocida como ESI, para evitar que el número de abortos se disparen teniendo en cuenta que, a pesar de los avances en el campo de la salud, en algunos casos, puede seguir siendo una práctica riesgosa. Además, un embarazo no deseado no es el único resultado
negativo de una relación sexual sin protección, sino también pueden serlo las infecciones de transmisión sexual (ITS) de las cuales se observó un aumento durante la pandemia.
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